Las instalaciones operarían como centros de entrenamiento de las fuerzas iraquíes; reclaman a Bagdad unidad política.
BAGDAD.
Mientras las milicias de del grupo jihadista Estado Islámico (EI) mantienen bajo fuego a las desmoralizadas fuerzas iraquíes en una guerra abierta, los principales jefes militares norteamericanos deslizaban ayer abiertamente la eventual instalación de nuevas bases estadounidenses en suelo iraquí para reforzar la asistencia técnica y militar de las unidades de combate de Bagdad.
Ya anteayer el presidente Barack Obama había autorizado el envío de 450 instructores de combates para adiestrar a las tropas iraquíes; ellos se sumarían a los 3550 soldados estadounidenses que ya operan en ese país.
Ayer, en un paso que representaría el regreso casi total de Estados Unidos a Irak tras su retirada de 2011, el Pentágono reveló que evalúa establecer bases militares. Ese plan podría requerir el despliegue de un mayor número de tropas estadounidenses, algo que causa escozor en el propio Obama, según él mismo dijo.
«Podría haber una base en el corredor que va desde Bagdad a Tikrit, Kirkuk y Mosul», dijo el jefe del estado mayor conjunto norteamericano, general Martin Dempsey.
Se trata de bases para potenciar el entrenamiento de soldados iraquíes y de miembros de las tribus locales, consignó ayer The New York Times. El modelo sería tomado del centro de adiestramiento que se desarrolla en la base iraquí de Al-Taqqadum, en la provincia de Al-Anbar.
El planteo de Dempsey fue confirmado por altos funcionarios del gobierno de Obama y se conoció poco después de que la Casa Blanca anunciara el envío de 450 entrenadores para cooperar con las fuerzas iraquíes en la recuperación de Ramadi, la capital de Al-Anbar. El general agregó que esa base podría ser el modelo de una nueva red de bases de entrenamiento en otras zonas del país árabe.
Ese esfuerzo requeriría tropas adicionales a las 3550 que fueron enviadas desde noviembre pasado en funciones de asesoramiento militar.
Sin embargo, la Casa Blanca negó que Obama tenga planes «inmediatos» de instalar más bases en Irak. «No hay planes inmediatos o específicos para hacer eso», comentó el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest.
En este contexto, los militares norteamericanos también condicionaron el compromiso de Estados Unidos a la unidad política de las facciones iraquíes. El jefe del ejército norteamericano, general Ray Odierno, aseguró que el Pentágono no tendrá un papel activo en la guerra contra EI si el gobierno iraquí, de mayoría chiita, no salva las diferencias con las minorías sunnita y kurda.
Odierno, comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak durante los primeros años del mandato de Obama, opinó que el problema de fondo que ha llevado al país árabe a la inestabilidad ha sido que «el gobierno iraquí no ha sido capaz de aglutinar a los diferentes grupos».
«Podríamos desplegar sobre el terreno a 150.000 soldados y acabar con EI, pero ¿entonces, qué? Volveríamos al mismo punto un año después, estaríamos en el mismo punto», apuntó Odierno, veterano de todos los conflictos en Irak y el máximo experto que se encuentra en funciones en el generalato norteamericano.
Las fuerzas de seguridad iraquíes ya habían sido entrenadas por Estados Unidos antes de que Washington retirara a sus soldados a finales de 2011, ocho años después de que tropas estadounidenses y británicas invadieran Irak para derrocar a Saddam Hussein, en 2003. No obstante, fuentes iraquíes admitieron que esas unidades se habían «desmoronado» hace un año, cuando los jihadistas conquistaron la ciudad de Mosul.
La decisión de la Casa Blanca no logró contener las críticas a Obama y su equipo de seguridad, a quienes se les reprocha la falta de una estrategia para erradicar la amenaza de EI en Medio Oriente. «Es un paso en la dirección correcta, pero como lo reconoció el presidente el otro día, no tiene ninguna estrategia para ganar. Es una decisión táctica más», dijo el líder de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner.
Desde su llegada a la Casa Blanca en enero de 2009 cargado de una amplia batería de promesas, Barack Obama aún no ha logrado cumplir varias de ellas, la mayoría columna vertebral de su campaña presidencial, como la retirada definitiva de las tropas estadounidenses de Afganistán e Irak, o el cierre de la prisión que funciona en la base naval de Guantánamo.
Los talibanes prácticamente mantienen intactas su fuerzas en Afganistán y amenazan con desestabilizar a Paquistán; pese a que no se trata de unidades de combate, lentamente el Pentágono incrementó la cifra de soldados en Irak, y Guantánamo, sumida en una puja de poder en el Congreso y perdida en un limbo legal, para desagrado de Obama, aún representa uno de los capítulos más negros en la historia de Estados Unidos.
Fusilaron a 25 policías iraquíes
Mientras las fuerzas de la coalición internacional bombardeaban ayer los alrededores de Ramadi, en poder de Estado Islámico, el grupo jihadista asesinó en un pelotón de fusilamiento a 25 policías iraquíes en la ciudad de Mosul.
El grupo terrorista arrestó a más de 1000 miembros de los servicios de seguridad iraquíes, entre policías y oficiales del ejército, incluidos algunos de alto rango, tras ocupar Mosul el 10 de junio del año pasado.
Fuente: lanacion.com / Agencias DPA, ANSA, EFE y AP