La expectativa es posicionarse para crecer en octubre con los votantes de Massa, Stolbizer y sus socios Sanz y Carrió.
«No vamos a hablar de números, estamos curados de espanto», resumió con sinceridad a LA NACION un hombre cercano a Mauricio Macri, con el recuerdo fresco de la exigua victoria de Pro en el ballottage porteño.
Más allá de la mesura general, en Pro son optimistas en relación con el resultado de la primera estación del proyecto presidencial de Macri. Obtener una buena ventaja sobre sus rivales internos, Ernesto Sanz (UCR) y Elisa Carrió (CC-ARI), es uno de los objetivos declarados. Nadie asegura que los votos alcancen para superar a Daniel Scioli, pero la meta de quedar posicionados como la opción opositora más potente luego del domingo 9 es la otra pata de la estrategia macrista, de cara a las internas.
«Ganar la primaria de Cambiemos es un primer objetivo. Y que el frente esté en la condición más competitiva posible, también», afirmó a LA NACION Marcos Peña, secretario de Gobierno porteño y responsable de la campaña nacional de Pro. Su coequiper en el armado de la campaña y ministro de Gobierno, Emilio Monzó, evaluó: «Salvo que ocurra algo inesperado, los dados están jugados, está definida la polarización (con Scioli) y las PASO terminarán siendo favorables a nosotros porque ordenarán a la oposición de cara a la general».
En el análisis más fino de los dirigentes que rodean a Macri hay una especulación. Que el candidato del FPV «roce su techo» y que Macri «defina su piso» en esta elección, y luego sume los votos de sus eventuales derrotados (Sanz y Carrió) más los de otros contendientes que terminen tercero y cuarto, como podrían ser Sergio Massa y Margarita Stolbizer.
Aunque no se hable de números, hay especulaciones dentro y fuera del edificio gubernamental de Parque Patricios. Que Scioli no supere el 40% de los votos es un deseo no escrito pero palpable, «porque eso lo dejaría cerca del 45% para ganar en primera vuelta». Que Massa no llegue a los 20 puntos porcentuales también está dentro de lo deseable, «porque si saca menos se irá diluyendo hasta octubre», y parte de esos votos irían a Macri, razonan en Pro. ¿Y Macri? Nadie se anima a arriesgar un guarismo, pero varios macristas ven a Cambiemos en los alrededores de los 30 puntos, como marcan la mayoría de los sondeos conocidos este fin de semana.
En la provincia de Buenos Aires, en tanto, el macrismo mira con interés la interna kirchnerista entre Julián Domínguez y Aníbal Fernández. Cree, como evaluó un macrista bonaerense, que «María Eugenia Vidal (la candidata de Pro) puede hacer una gran elección, y hasta terminar siendo la postulante más votada», tomando en cuenta la división del rival más potente. En aquella interna, hay otro deseo: que Fernández se imponga sobre Julián Domínguez, «porque tiene mucha imagen negativa y eso nos puede terminar beneficiando», según especulan en Pro.
Ilusiones
Más allá de las previsiones de derrota en secciones calientes y muy pobladas del conurbano, como la primera y la tercera, en Pro se ilusionan con «ganarle a Scioli» en las otras provincias grandes: Capital, Santa Fe, Córdoba y Mendoza. Malos resultados en la Patagonia y el norte del país están dentro de lo «esperable» en la mesa chica de Pro.
En el análisis global no hay consenso total sobre la necesidad de ajustar la fiscalización para evitar irregularidades. Las reuniones multitudinarias de Macri con fiscales (el fin de semana pasado en Mar del Plata, el jueves último en La Pampa y el viernes en Junín) tuvieron el objetivo de alinear a la tropa para que esté «atenta». En otras palabras, que siga de cerca los movimientos de los fiscales kirchneristas en torno a la cantidad de boletas y el conteo.
Pero el intendente de Vicente López, Jorge Macri, también presidente de Pro bonaerense, puso un matiz diferenciador cuando dijo a la agencia oficial de noticias Télam que estaba «tranquilo» porque contaba con los fiscales necesarios en el distrito. Una declaración que no evita una percepción generalizada: en Pro deberán seguir con atención todos los pasos del comicio para que los objetivos de Macri puedan cumplirse.
Sanz y Carrió buscan sumar
Seguros de que habrá segunda vuelta, Ernesto Sanz y Elisa Carrió coinciden en que el domingo será clave la cantidad de votos que Cambiemos sume en sus tres variantes. La aspiración de máxima es no bajar de 30 puntos. Lo considerarán el «piso» para encarar desde una posición de fuerza y competitividad la batalla de octubre. También tienen claro que sus cosechas individuales definirán su poder de negociación con Macri.
Fuente: lanacion.com